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Exhibition at A Arte Mare Gallery

Replatvägen Finland.

September - October, 2023.

Artist

Lenka Holíková

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MÉTODOS DE ESCAPE.

Arden las fronteras como llama viva.

 

Josef Skopl, un sacerdote católico, quiso abandonar la antigua Checoslovaquia cruzando por el fondo del río Labe. Josef construyó su propio traje: cosió su chamarra y pantalones de tela impermeable y los conectó con llantas de bicicleta; fabricó el casco a partir de una olla de aluminio. Para que pudiera respirar, utilizó dos mangueras, una para que el aire entrara y otra para que saliera; en el extremo de una manguera colocó un flotador, para que esta no se hundiera…  Josef murió ahí, en el rio Labe, y murieron con él -resguardados en una bolsa de plástico- una biblia, un elegante saco, un escapulario y un crucifijo. Con todo ello murió también su libertad.

¿Cuántos murieron como Josef? ¿Cuántos siguen muriendo solos: con sus libros, con sus únicas ropas, con sus escapularios y crucifijos, buscando la libertad?

*

Pese a todo intento de contener los “super-flujos” humanos, las porosas fronteras arden como llama viva, arde su fricción con los cuerpos; arde su constante vigilia en horas destinadas al sueño, y arde también la luz artificial de los patrullajes que rondan la totalidad de las noches del mundo. Arden las fronteras, y no hay dispositivo político, o artilugio ideológico que las apague, lo que hay es  un incendio de carácter global que todos hemos provocado.

Oleadas de flujos migratorios -desatados por el narcotráfico, las guerras, pero también por la violencia económica del libre mercado-,  nos hacen ver, como nunca antes, la puesta en marcha (por parte de diversos países) de políticas migratorias mucho  más severas; políticas que despliegan “dispositivos técnicos” para “blindar las fronteras” con el objetivo de que los “residuos humanos” que vienen de otros países, sean contenidos a toda costa, y si es posible, que se les persuada antes  incluso de salir de sus propios países. Estos “dispositivos técnicos”, se refieren por supuesto, no solo a la vigilancia, o a la contención física, sino también a la violencia jurídica que se despliega desde el Estado para salvaguardar sus territorios.

Somos testigos de un acalorado debate público respecto a la migración contemporánea y su repercusión en la agenda política internacional, somos testigos de la apropiación de significantes hacia la izquierda o la derecha del espectro político. Frente a todo esto,  Lenka Holíková asume una posición crítica a este complejo fenómeno, desde una especie de “alejamiento temporal”, que la sitúa en una época concreta de la historia de su país, y de las políticas fronterizas que surgieron en ese periodo inaugurado por el Golpe de Praga de 1948, y clausurado por el derribamiento del muro de Berlín en 1989. Este apartamiento le permite a nuestra artista originaria de Cheb,  hurgar entre los archivos históricos de su país: la antigua Checoslovaquia, y configurar una importante investigación artística  que reúne documentos históricos y de archivo, testimonios, fotografía, y diversos apuntes respecto a los territorios fronterizos.

Así como Josef, muchos otros ciudadanos “fugitivos” que pretendían escapar del régimen totalitario de la antigua Checoslovaquia y migrar a otros territorios, idearon y fabricaron, de una manera creativa y peculiar, diversos artefactos, que en teoría, les permitirían cruzar la “altamente vigilada” frontera. Estos artefactos -productos de la necesidad y el ingenio- no siempre cumplían con las características físicas y mecánicas necesarias para su buen funcionamiento, pues en la mayoría de los casos, los cálculos “científicos” fallaban. Los “inventores amateurs” utilizaban para sus propósitos, diversos materiales reciclados, fabricados o adaptados por ellos mismos; la inspiración -también peculiar-, les venía de libros, noticias, periódicos, e incluso de atlas ilustrados.

Holíková rescata las narraciones de estos acontecimientos, y fabrica, ella misma, diversos artefactos de cruce de fronteras, por ejemplo, máquinas que se desplazan por las alturas colgadas a los cables de alta tensión de donde toman energía para alimentar su movimiento; globos aerostáticos o alas para volar por el aire. Esta exhibición se centra en la historia de Josef Skopl, cura católico, quien quiso abandonar la antigua Checoslovaquia cruzando por el fondo del río Labe en una escafandra.

Si bien la investigación de Holíková se centra en las fronteras de la antigua Checoslovaquia, no nos debe de extrañar los referentes contemporáneos, que en su obra se cruzan y entrelazan con la investigación histórica.

La obra de esta joven artista es a todas luces intempestiva: nos coloca al mismo tiempo en una posición que Hall Foster llamaría, “acción diferida”: pasado y presente se desarrollan en una plena alternancia de anticipaciones y reconstrucciones; anticipaciones y reconstrucciones de hechos traumáticos que regresan del pasado para acechar y configurar el presente. En esta época debemos de estar atentos a las reflexiones que registran acontecimientos pasados para recodificarlos en el presente, para advertirnos, y  para hacernos  ver con ojos de otro tiempo el instante del peligro.

 

 

Ulises Matamoros Ascención

 

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